lunes, 11 de julio de 2011

Mi reflexión

El mundo real al igual que el ciber mundo, es inmensamente grande, pero a la vez extremadamente pequeño, dice el dicho que el mundo es un pañuelo, por algo ha de ser.

¿Qué porque digo esto?, muy sencillito, ¿a quien no le ha pasado, que estando el cualquier parte del mundo, fuera de la ciudad donde reside, no se encuentre con un conocido?, ya sea en el pueblo vecino o a cientos o miles de kilómetros.

¿Quién no ha estado alguna vez de vacaciones, sentada en la playa, tranquilamente tomando el sol y disfrutando de la brisa, cuando por delante de sus ojos se te aparece paseando el vecino del cuarto?, o esa amiga de la niñez a la que perdiste el rastro nada más salir de la escuela, o la vecina de tu madre… No ves a esa persona donde vives y vas a tropezarte con ella sin llegar ni siquiera a pensarlo a un montón de kilómetros de tu casa.
Mira tu si en lugar de estar en la playa con tu familia, estás haciendo una escapadita con alguien interesante con el que piensas echarte una canita al aire…. Vete a darle explicaciones al vecino del cuarto.

Igualito pasa en el ciber mundo. Una navega por doquier, a veces por curiosidad, a veces por aburrimiento, a veces buscando aprender, buscando cultura, enriquecerse y empaparse de informaciones varias, dependiendo de los gustos de cada navegante, visitar lugares a los que nunca podrás ir físicamente, y ahí, en esos  viajes, es cuando también te tropiezas con el vecino del cuarto, o con la amiga de la niñez, con la vecina de tu madre, o con tu marido que se fue a echar una canita al aire, y como el mundo es un pañuelo, lo descubriste. Ve a pedir ahora explicaciones en lugar dárselas al vecino del cuarto que nos encontramos en la playa.
Y es que una no busca, encuentra, el destino es así de caprichoso.
Por eso lo mejor es ir siempre de frente, diciendo la verdad, ya sea en el mundo real o en el ciber mundo, si nada tienes que ocultar nada tienes que temer, así a una no la pillen en la mentira, y no tendrá que darle explicaciones al vecino del cuarto, ni pedírselas al que se fue a echar una canita al aire, aunque solo fuera cibernéticamente.

Esto no es más que una reflexión en voz alta,  y el echo de las aventuras o infidelidades, nada tiene que ver conmigo, pero estoy bien segura, pues es la orden del día y se escucha lo mismo en la tele que en el mercado, que es un hecho lo que he contado, que esa situación alguien la ha vivido, y ha tenido que rendir cuentas después.
Dicho queda.

LUNA_65

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